Un perfume a guardapolvo blanco y a ropa preparada especialmente por manos amorosas de las familias revoloteando a nuestro alrededor, nos anuncia el inicio de un nuevo año escolar.
Son muchas incertidumbres, muchos pensamientos, muchas ganas que nos rodean y nos proponen comenzar este año con un gran propósito: vivir el día a día entregando lo mejor de cada uno, enseñando y aprendiendo a través del ejemplo, del respeto, de la paz y de la unión escuela-familia.
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